Si ayer hablaba sobre la mejor película de animación de 2015, creo que es justo que haga un hueco para hablar sobre la que ha sido, para mí, la mejor película del año pasado, dejando de lado la animación.
"Marte" (The Martian, Ridley Scott, 2015) comienza con una misión tripulada en la superficie del planeta rojo. A causa de una tormenta desatada allí, los astronautas se ven obligados a abandonarlo. Pero, en su huida, Mark Watney (Matt Damon) es separado del grupo por la tormenta y la tripulación decide abandonar el planeta dando a Watney por muerto. Milagrosamente, el astronauta continúa con vida después de permanecer varias horas inconsciente en el planeta. Al darse cuenta de que no tiene nada alrededor, busca incansablemente la forma de sobrevivir en tan desierto lugar. Debe mantener la calma y utilizar todo su ingenio para poder ponerse en contacto con la Tierra.
Con el señor Ridley Scott tengo una relación de amor-odio más que importante. O amo una película suya, o la detesto, no tengo término medio. Entre las que me parecen impecables, se encuentran "Gladiator", "Black Hawk Derribado" o "Prometheus". Entre las que odio, puedo nombrar "El consejero", "Un buen año" o, la que me parece que está sobradamente sobrevalorada, "Blade Runner". Por suerte para él, "Marte" se encuentra entre las primeras.
Resulta cuanto menos curiosa la gran mezcla de sentimientos producidos por esta película. Consigue que te emociones gracias a la impecable actuación de Matt Damon; te entretiene, puesto que el ritmo se mantiene constante hasta el final, y te cautiva y te entusiasma a partes iguales por el simple eslogan que se mantiene durante toda la película del "nada es imposible". Atractiva e impecable desde el primer minuto. Podría haberse llevado perfectamente el premio de la Academia a "Mejor Película" si no hubiese tenido tantísima competencia.
Un reparto que es más que brillante donde se puede destacar la actuación de Jessica Chastain. Pero es que esta chica puede hacer todo lo que se le ponga por delante. Y, la banda sonora, es impecable una vez más en una película de Scott. Maravilloso el guiño a la música disco de los años 70.
Aunque se pueda tachar de un "blockbuster" más, puedo asegurar que no lo es. Es mucho más.