domingo, 27 de abril de 2014

Pompeya bajo las cenizas.

Tras una larga temporada (una semana o algo así realmente), hoy decidí ir al cine a ver "Pompeya" (Pompeii, Paul W. S. Anderson, 2014). Además, en 3D para disfrutar bien de los efectos especiales del volcán y de las luchas entre gladiadores.




El film cuenta la vida de Milo (interpretado por Kit Harington) como esclavo en Pompeya años después de haber presenciado la muerte de sus padres a manos de Corvus (papel de Kiefer Sutherland) senador de Roma en el año 79 d.C. Milo se enamora de Cassia (interpretada por una preciosa Emily Browning, de Una serie de catastróficas desdichas) a pesar de que se ve obligada a casarse con el senador por el futuro de la ciudad. Mientras el monte Vesubio lo permita, Milo intentará por todos los medios reunirse con su amada y luchar contra todo aquel que quiera interponerse entre ellos y sus ansias de libertad.

La película no cuenta nada que no hayamos visto antes. Y por mucho que tenga que ver con la ciudad de Pompeya, no tiene absolutamente nada de histórico, salvo por la erupción volcánica. Todo ello alrededor de la historia de amor entre el esclavo y Cassia, la hija del gobernador de la ciudad. Básicamente, han metido a calzador una historia de amor dentro de una catástrofe histórica, por llamarla de alguna manera, como fue la erupción del monte Vesubio. Kit Haringtom salva la situación como buenamente puede, porque no transmite demasiado, al contrario que la señorita Browning.

Como ya he dicho, es algo que ya se ha visto un millar de veces. Es un Titanic bajo las cenizas, rocas y lava del Vesubio. Eso sí, la película es muy entretenida y los efectos visuales son bastante notables, ideal para los fanáticos (como un servidor) de películas con corte catastrófico, pero va de film histórico y romance, pero no llega ni a lo uno ni a lo otro.

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